Pues claro que los salvaremos a todos! Ese
estamento sólo puede ser declarado por humanos, y si la crisis climática nos
lleva al carajo, no quedará humano en pie para decir lo contrario. Ya ven, lo
he demostrado, es necesariamente cierto,
y esa va para toda las otras generaciones que nos consideran un montón de niños
inútiles (o serán sólo mis padres?..)
Han
pasado 8 años casi desde mi
última entrada, pero ya ven, al igual que en el mundo de las ideas, en el del internet
es difícil que las cosas se esfumen, y son también en la mayoría de los casos
recuperables. De hecho, hace una semana aproximadamente recuperé mis antiguas
fotos del “Jai faif”, que 7 años después es como hablar de las Naranitas (si hasta encontré fotos de cuando tenía
pelo y todo..)
Primordialmente lo que ha cambiado, es que
ahora sí soy adulto-adulto, porque antes lo decía y como que no me lo creía pero
sigo viviendo con mis padres, y me siento diferente a aquellos que tienen
20 ó 22; es decir, que noto diferencias sustanciales.
Ustedes saben para dónde va la cosa, que me
les quiero cagar una crítica que les quiero dejar caer unos pocos consejos
a lo Tío Conejo engreídos narcisistas nacidos después del 92.
Y ya sé que algunos dirán que mi discurso es contradictorio,
porque por ratos me identifico como Millenial y por ratos no, (según convenga).
Pero es que lo soy en forma más no en fondo (es decir, que nací dentro de los
períodos estipulados (que son muy grandes, así como para que todo el mundo se
sienta feliz de ser la generación de moda) pero que yo no soy “asín”...
1. “Toda persona física-jurídica
tiene Facebook”: En verdad yo le
pregunto a la gente, no asumo; yo no estoy cedulado universalmente, soy como un
aborigen en este respecto, y mi comprensión de las redes sociales no es tan
diferente a la de uno en realidad, entiendo para qué sirven en lo básico (para generar estrés psicológico por
comparación de que no estoy “imbreising
mai laif” tan felizmente como los demás). Al igual que lo anuncié hace
años con Twitter, no me parece que tengan sentido, al menos no en su función
social (informativa ya es otra cosa, y Twitter ni eso). Mucho se ha escrito de
eso ya, así que baste decir que mis amigos son de carne y hueso y no tamaguchis cuyo nivel de felicidad para
con uno se mantiene con botoncillos.
2. “Si no te tomaste foto, no
fuiiiisteee, no exististeeee, nulooooo no sooooss”. Es molesto, en especial cuando uno es guía de
un grupo de adultos recién nacidos, lo
que de nuevo me recuerda que han pasado 7 años : ( , tener que estar parando
para que todo el mundo ponga cara guapa (incluso los feos), y que luego lo
compartan en Facebook (incluso los que no tienen amigos), y que luego en
Snapchat (incluso los que ya tienen cara de perrito lengüetón), y que luego
mandarlo al grupo de la familia de papi, y que luego al de la de mami, a los de
la igle y a todo el mundo para que vean que “YO SÍ QUE SOY FELIZ”.
Ayer leía justamente que el deseo de seguridad
y el sentimiento de inseguridad, no son más que la misma cosa. Pobrecitos.
Filosóficamente hablando, también me recuerda aquella frase de que uno no puede
entender la vida y vivir la vida al mismo tiempo. Es decir, que no creo que se
puedan tomar fotos y compartirlas a la vez que se disfruta la laguna del volcán,
por decir algo. Eso de capturar imágenes y videos en esos momentos de
contemplación natural y trascendente, me hace retratarlos como
Poke-entrenadores lanzando Pokebolas a Ratatas, y yo aborrezco esa mentalidad
de coleccionistas carentes de alma. Se nota mucho en viajes al extranjero,
cuando se toman las fotos, (ellos mismos, claro está, porque nadie ofrece
tomarle foto al otro) frente a los edificios sin saber ni qué son; como
desesperados, para poder decir, “yo fui”, “yo estuve”, y así tratando de llenar
su deuda con el “imbreising laif” de
su muro. Y así es como Facebook transforma a las vidas humanas en publicidad de
autobombo, así como el cine comercial es publicidad sedante imperialista. Formas
en que los americanos arruinan el mundo, todo está en venta.
3. “Hay que viajar para
encontrarse a uno mismo”: Me
pregunto qué hará doña Flor la conserje cuando se pierde a sí misma... Adónde
irá, a Tokio, o a Bruselas? Veo un snapchat de ella de perrito lengüetón frente
a la Torre Eifel.. Ya se habrá encontrado? Una cosa es leer sobre una ciudad.
Otra cosa es ver Españoles en el Mundo. Otro nivel arriba es viajar a la
ciudad. Y otro es entender la simbología y la historia del lugar, algo. Pero
coleccionando Pokemones no se llega a esto último. Algún día lo entenderéis. Y qué forma tan insensiblemente burguesa de existencialismo de millas. Acaso no basta una hoja y un lápiz? Digo yo..
4. “Si no me contestan rápido en “Guasap”,
no me quieeeren : ( “: La manía de que todo el mundo tenga la misma enfermedad compulsiva de
revisar el teléfono que uno. En especial con cuestiones de pareja. Hay que ver
lo que es salir a la soltería después de la existencia de la aplicación. Lo
mismo de “Her”,
pero texteado y sin Scarlett Johanson, OBVIAMENTE. Por cierto que las habilidades
escritas se han vuelto excesivamente importantes como factor de éxito en eso de
encontrar pareja.
5. “Que soy muy hippie y debí
haber nacido en los 60”: “En los
60 hubiera sido Jerry Rubin, o Alen Ginsberg, o John Sinclair”. Pero quíteles
el ancho de banda, y véalos botando espuma por la boca frente al router. Es muy
gracioso pero no proyecta paz y amor precisamente.
6. “Soy un revolucionario, ya le
di “like” a la propuesta para que pongan de nuevo Reeeecreooo Graaaaandeeee”: Sí, las revoluciones ya no se hacen en la
montaña como el Ché Guevara, oliendo a mezcla de napalm y sobaco marimbero de
15 días de montaña de selva tropical, con balas entre los dientes y comiendo lo
que se mueva. Ahora uno da “me gusta” y todo más organizadito. Creamos el
evento y de todo, vamos! Que juntos sí podemos!
7. “Mi jefe debe ser un payaso, y
el brete un arcoíris”: Así sin
más, que a uno le pagan primordialmente para que sea feliz y no por otra cosa..
8. “Acepto el coaching, pero cualquier otro tipo de
autoridad de mala leche es fascismo”: Al dirigirse a un Milenial, cuidado,
bonito y con buen modo.